jueves, 21 de julio de 2011

La política de los jóvenes


El interés de los jóvenes por la política ha sido una saludable constante en cada época de la historia de nuestro país. Jóvenes eran los promotores e integrantes de La Trinitaria, en los albores de nuestra fundación como Estado, tal cual lo fueron los principales líderes de la restauración y de cada fase de nuestra vida republicana. Esa tendencia es un fenómeno generalizado en las naciones occidentales.

Es también un fenómeno propio de la juventud, la adhesión a ideales nobles y la pasión encendida por transformar el mundo. En la más reciente de las olas de cambio protagonizadas por la juventud – los movimientos pro democracia en varios de los países árabes, las movilizaciones de los indignados en Francia y España o las que reclaman el derecho a la educación en Chile o en República Dominicana—se manifiesta tanto la trascendencia de los ideales como la apasionada vocación por corregir lo que está mal.

Los jóvenes dominicanos hacen bien en involucrarse tanto en los movimientos sociales de diversa naturaleza como en las actividades políticas electorales. Son precisamente los que tienen vocación de servir a los demás, los honestos, los que tienen vocación por cambiar lo que está mal quienes deben formar parte activa de la actividad política.

Los jóvenes deben hacer de la actividad política una de las dimensiones a través de las cuales influyan en la formación de las opiniones acerca de cómo debe ser gobernado el país. Deben tratar de influir en la toma de decisiones. La política se encarga de los asuntos que conciernen a la totalidad de la sociedad: por lo tanto, intervenir en política sosteniendo ideales de servicio y vocación por enmendar lo que haga falta corregir es una de las formas más comprometidas de ser solidarios.

Santo Domingo, 20 de julio de 2011

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